Entre los más destacados versadores del pasado siglo, en nuestro pueblo, destaca la saga de los “Senén”, compuesta por Manuel Sánchez López (Chiva 1896-1968) y su hijo, Manuel Sánchez Martínez, de los que hablaremos ampliamente en otras ocasiones.
Precisamente del primero de ellos creemos que debe ser una “albá” que, hace algún tiempo, nos hizo llegar al Centro de Interpretación del Torico (CIT), la familia Tarín Herráez y que está dedicada a las clavarias de agosto de 1943. Una composición poética que fue cantada en esa ronda mágica que supone la clausura del solemne Día de la Virgen y la apertura del dedicado a San Roque. Ésta dice así:
En busca de unas chiquillas
vengo corriendo el lugar
y muy finas y sencillas
las he venido a encontrar
que parecen peladillas.
Sois cada una un clavel
que el miraros embelesa
formando un lindo vergel
Pilar, Emilia y Teresa,
Concha Amparo e Isabel.
Completando la alegría
de esa belleza sin par
con la fina simpatía
de una y otra María
y la segunda Pilar.
Pero, además, la clavaria mayor de ese año, Pilar Herráez, conservaba otra “albá” que compuso su propio clavario. Una composición humilde que, dado el carácter improvisado y espontáneo del escrito, no sigue al pie de la letra el número de versos y de estrofas tradicional. Junto con el texto manuscrito se encuentra una nota de la propia festera que dice así: “Estas albaes o poesía las sacó Gaspar Quinco en el año 1943 que fui clavaria y en todas las carreras me trajo el toro, pues mi novio estaba en la mili”.
La “albá” es la siguiente:
Saludo pido primero
a esta familia atenta
y en particular a ti Pilar,
por ser primera clavariesa.
¡Oh! Simpática Pilar
¡Oh! Hermosa clavariesa
como no estaba Aniceto
te llevo el toro a la puerta.
Y aunque pese al mundo entero
y yo de rabia me muera
por la tarde y la mañana
os llevaremos la cuerda.
Y como buena chica que eres
y mi regalo has de apreciar
pues te regalo esta borla
que la cogí del frontal. Y como amigo de tu hermano
de todas ya me despido
dando un fuerte adiós primero
el poeta Gaspar Domingo.
Unos versos emotivos, pues, salidos directamente del corazón, sin ninguna pretensión literaria. Toda una sincera declaración del mozo de simpatía, respeto y afecto que son tres de los aromas principales de nuestros festejos más entrañables.
JCM
Centro de Interpretación del Torico (CIT)