La semana pasada repasamos diferentes negocios y oficios locales que figuran en el Anuario-almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, editado en Madrid; concretamente en la sección dedicada al Partido judicial de Chiva y entre los años 1879 a 1911. Sobre todo nos centramos, en la primera de las publicaciones y en la profesión de guarnicionero; artesano que, entre otras cosas, ha elaborado, tradicionalmente, las “badanas” de nuestro Torico; también enumeramos otras actividades que se han mantenido, desde esos años hasta época reciente, o que todavía permanecen, como el horno de Corachán (de 1881).
Ahora, en esta segunda parte de este artículo queremos mostrar, como anunciamos, otras profesiones o industrias e incluso asociaciones que no mencionamos y que van apareciendo o variando su número, hasta el último de los años mencionados (debido a la evolución de la sociedad y la tecnología). Pero queremos destacar, en primer lugar, otra saga de artistas de gran relevancia para nuestra población e, igualmente, para nuestro festejo: la de los Peris.
Así, vemos en el almanaque de 1898 a Vicente Peris, en la relación de fotógrafos y en la de pintores (es el único). No hay que olvidar que la fotografía es un arte nuevo, y que en esa época ambas profesiones van unidas, y la gran mayoría de los fotógrafos, incluido el propio Daguerre, se dedicaran también a la pintura, al diseño y a otras actividades decorativas, relacionadas con su principal actividad creativa. En concreto, sabemos que Vicente aparece anunciado en el anuario nacional de fotografía desde 1892, tal y como aparece en el “Directorio de fotógrafos de España (1851-1936)”. En Chiva tenemos fotos suyas, por lo menos, desde 1865, como la que se puede ver en la revista Átame de la “Corporación lírica” (en el número siete de 2012). O sea, es uno de los pioneros de este arte en nuestra región. De él es la primera fotografía conocida del Torico, de 1886, de la que hablamos en otro de nuestros artículos.
Ya en el anuario de 1905 aparece junto a Vicente, aunque solo en el apartado de pintores, su hijo mayor: Arturo (también Enrique Marqués). En 1908 ya no está registrado Vicente y sí Arturo, tanto como pintor como fotógrafo; y en 1911 ya aparecerá junto a él su hermano Benjamín. Ambos firmarían sus fotos como “Hermanos Peris” y han sido destacados por prestigiosos especialistas dentro de la historia de la fotografía valenciana. De hecho, uno de ellos, José Huguet, subraya las colaboraciones de los Hermanos Arturo y Benjamín Peris Sol, a principios del pasado siglo, en publicaciones prestigiosas como “Blanco y Negro” de Madrid (base de la Editorial Prensa Española). Ambos firmarán fotos de gran valor artístico y etnológico de nuestro pueblo; algunas de ellas, también, de nuestros festejos.
En estos almanaques podemos ver como aumenta la población que alcanza en 1911 los 4945 habitantes (27.439 en su partido), sucediéndose alcaldes, arquitectos, médicos, jueces de primera instancia y municipales, abogados, procuradores, directores de la cárcel de partido, tenientes de la Guardia Civil o párrocos, entre otros. También como aparecen oficios como el de ingeniero industrial (César Santomá), ya a partir de 1888 o el de Sobrestante de Obras públicas (Andrés Sanz) en 1908. En este sentido es relevante, como a partir de 1886 aparecen varios profesores de música; primero Ramón Payá y después Ángel Martínez que compartirá oficio, a partir de 1906 con Leopoldo Rausell (coincide con la temporada en que había dos bandas en Chiva, tras la creación de la del Círculo de Obreros Católicos).
Por otra parte, hay que reseñar que sí en 1904, por ejemplo se citan como principales contribuyentes a Ricardo Redondo (cacique local) y Bonifacio Tarín, ya en 1909 se nombrará a los dos más: Remigio Ferrer, Juan A. Lobato, Filiberto García y Vicente Salvo. La mayoría de ellos grandes cosecheros de vino y/o propietarios de las fábricas de aguardientes, aceites, jabón, etc. Otros grandes propietarios agrícolas que aparecen en el almanaque de 1911 serán: Ana María, Jesé y Juan A. Bernat, Aniceto Blasco, Francisco Estala, Miguel y Remigio Ferrer, Agustín y Antonio García, Pedro Martínez, Vicente Morales, Elías Sánchez o Gabriel Vidal.
Al mismo tiempo, confirma ese progreso económico y social, el hecho de que cada vez van apareciendo más maestras entre los profesores de instrucción, sobrepasando al número de hombres. Así, por ejemplo en 1882 solo hay dos maestros (Ignacio Monfort y Vicente Pascual), en 1987 se registra la primera educadora: Antonia Cervera y en 1898 otra (Vicenta Tortajada); ya en 1900 ya superan a los profesores (Matilde Enciso y Siclinia Hernández). En 1901 además se añadirá a los docentes un profesor del “Colegio libre” (Pedro Martínez Belmonte); y ya en 1911 ejercerán la enseñanza: Andrés Díaz, Dolores Barro y Leonor de Valor.
Por otra parte, al cambiar el siglo, por ejemplo observamos cómo están activos numerosos casinos (de Chiva, Católico, Centro Recreativo o Centro Republicano) y sociedades benéficas (Círculo de Obreros Católicos, Sociedad de San Vicente de Paúl, Sociedad de Sras. Caritativas y Sociedad de Socorros Mutuos).
También se reflejan nuevas industrias, como la de aserrar maderas (César Sambonia, luego Redondo y Blasco Cia.), la Cia. de cerillas y fósforos (Ricardo Redondo) o la fábrica de electricidad, ya que luz eléctrica parece que llega en 1898 desde la línea de Turís. En 1902, además, aparecerá una Cia. arrendataria de tabacos y Giro Mutuo, cuyo representante es Rafael Blay.
Igualmente vemos que sí antes de 1898 había un fabricante de ataúdes (Vicente Salazar), éste figurará como gerente de una Agencia Funeraria, al igual que Juan Latorre y Cia. o Bautista Ferrer.
Así mismo, en 1906 vemos como hay tres estancos o Expenderías de tabaco (el mismo Blay, Javier Martínez y Juan Castellote -quizá ancestro del propietario de la actual administración de Lotería-). Además vemos como, el mismo año, abre el Banco de España (Corresponsal: Francisco Pérez Silla) y la Oficina de Correos y Telégrafos (Jefe: Miguel Rausell).
Otros negocios que aparecerán, a lo largo de este breve periodo de tiempo, serán, por ejemplo: el de esterero (Conrado Romero), salazones (José Cano en 1902 y luego, en 1908, Benito Bro y Enrique Fortea –que mantendrán sus descendientes hasta hace unos años-), sastrerías (Francisco Español e hijo -1905-), confiterías (Baltasar Lahuerta, J. Pendería y Miguel Tarín -1908-), o Alpargaterías, cordelerías y jergas (Gabriel Latorre y Rafael Latorre) en 1909.
Por otra parte vemos como aumenta el número de panaderías (ya lo vimos), barberías (Federico Español, Isidro Delhom, Manuel Juste, Enrique Merino y Atanasio Soria, en 1902), parteras (Ramona Guayanoni y María Jordá, a la que sucede, después de 1910, Rafaela Barlo Jordá), o de cereros (Baltasar Lahuerta, Jerónimo Pendería y Miguel Tarín).
Para finalizar comentar que es curioso como hay una distinción entre los paradores y mesones o los cafés; entre salchicherías y carnicerías; o, por ejemplo, entre cuberos (Fco. Gómez Sol, Bautista Momperler y Manuel Velert Bayo, en 1900), boteros, constructores de carros, ebanistas (Francisco Barrera, Francisco Blay y Alfonso Soriano) o carpinteros (Bautista Domingo, Bautista Ferrer Escartí, León Gómez, Juan Latorre y Honorio Tarín en 1886). Por cierto, observamos algunos nombres entre éstos, como los “Barrera”, Tarín o Latorre que mantendrán sus negocios, también, hasta hace unos años. Además, éste Juan Latorre Boscá, es el padre del que fue presidente de la Diputación Lorenzo Latorre Blay y era el artesano más afamado de la provincia en la construcción de arados o “forcats” de sistema “romano” de gama alta. Una tecnología vital para un pueblo eminentemente agrícola, en el que perviven, como en la actualidad, rituales y festejos de cosecha, como nuestro Torico.
JCM.
Centro de Interpretación del Torico.