Seguimos repasando la gran repercusión del Torico en la creación artística y, en esta ocasión, vamos a adentrarnos en el campo de la música sinfónica, una vertiente, en la que no faltan los ejemplos, como se puede corroborar en nuestro Centro de Interpretación (CIT). De hecho, ya repasamos el papel de nuestra banda en los diferentes actos de los festejos y, ahora, nos queríamos centrar en el trabajo compositivo de los músicos que han tenido al Torico como inspiración. En concreto, en la obra de nuestro paisano Luis Serrano Alarcón (1972), profesor del Conservatorio Superior de Música de Valencia, interprete de piano, director y uno de los compositores valencianos con más proyección internacional.

Nuestro músico ha obtenido prestigiosos premios dentro y fuera de nuestra frontera y sus obras se han interpretado en más de treinta países. Así, ha sido invitado a dirigir su propia música tanto en España como en Italia, Japón, Singapur, EEUU, Colombia o China, entre otros estados; y ha recibido encargos de importantes entidades y agrupaciones nacionales e internacionales entre las que destacan, por ejemplo, el Instituto Valenciano de la Música, la University of Saint Thomas (Minnesota, EEUU), la Philharmonic Winds (Singapur), la Hong Kong Band Directors Association o la Southeastern Conference Band Directors Association, formada por un consorcio de catorce universidades de EEUU. En 2017, otras tres universidades norteamericanas (University of New Mexico, University of Kentucky y Vanderbilt University) le encargarán su Concierto para trompeta; y, entre sus próximos proyectos, podríamos reseñar otro encargo, ahora de veinte universidades, del mismo país.
Pero en esta ocasión vamos a destacar el pasodoble: El Torico de la Cuerda,  que compuso en 2002, por encargo del Ayuntamiento de Chiva y con ocasión del I Congreso Nacional del Toro de la Cuerda. Como se destaca en la web de Luis (alarconmusic.com): “tras las sonoridades de El Torico de la Cuerda podemos encontrar gran parte de las vivencias y sentimientos que el compositor siente hacia esta popular y colorida fiesta que cada agosto se celebra en Chiva, su pueblo natal. La pieza se abre con un comprometido y brillante solo de trompeta al que sigue, ya en tempo de pasodoble, un primer tema, en Do menor, rítmico y temperamental y un trío, en Mi bemol mayor, elegante y dulce en el que los diferentes timbres de la banda van apareciendo de manera sutil y ordenada. Lo más destacable de este trío es su solo inicial para tres flautines que actúa de contrapunto a la melodía principal. Finalmente, y a diferencia de la mayoría de los pasodobles no escuchamos un reexposición final del segundo tema sino una brillante conclusión en la que se reexpone el primer tema al cual se une, a modo de contrapunto, las escalas iniciales del segundo tema en el registro medio”.

La popularidad de este pasodoble ha cruzado fronteras y se ha podido escuchar en más de veinte países. Pero no es la única pieza, dentro de su amplia producción que dedica a su pueblo. Así, por ejemplo, precisamente, su Tramonto [Romanza para violonchelo y banda (o piano)] (2007) nace inspirado en las piezas que compuso para el homenaje que la Asociación Cultural La Tertulia de Chiva (de la que formaba parte) dedicó al pintor José Morea (recientemente fallecido), el 23 de febrero, también de 2002.  Una parte del acto consistió, pues, en el estreno de esas cuatro partituras (agrupadas bajo el título de Miradas) que ideó inspirándose en varios de los cuadros del artista plástico, entre ellos el de Tramonto en Palinuro.

Igualmente, su obra De Tiempo y Quimera (2005) sirvió para celebrar el 30º aniversario de la muerte de otro artista ilustre local, el escritor Germán Gaudisa. Está inspirada en tres de los poemas existenciales de su libro Tiempo y quimera. Esta sugerente composición le fue encargada para el Certamen de la Comunitat Valenciana de ese año.

Por último, podíamos citar otra emotiva obra: La Calle Mayor (1996) dedicado a esta vía de Chiva en la que se encuentra la casa familiar del compositor. En él, se mezclan vivencias y recuerdos de la infancia con influencias musicales tempranas, sobre todo las del compositor Domingo Vela, que fue maestro suyo y que, por cierto, también dedicó un pasodoble a nuestro festejo. Esta obra fue estrenada en el concierto de presentación de Luis Serrano Alarcón como director titular de la nuestra banda, la Sociedad Musical La Artística (a la que, por cierto, también dedicó una pieza).

Grandes obras pues, de una gran figura musical, como es Serrano Alarcón; un gran enamorado de su pueblo, de sus gentes y de su Torico.

JCM

Centro de Interpretación del Torico (CIT)

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