A punto de festejar Santa Cecilia (22 de noviembre), patrona de los músicos, queremos, de nuevo, homenajear a nuestra banda, la S.M. La Artística y a esos intérpretes, maestros, directores, aficionados o compositores que tanto han hecho por la cultura de nuestro pueblo.
Ya señalábamos en artículos anteriores, la gran tradición musical de la Villa de Chiva. Desvelábamos como en el Libro Devocionario para dar culto a Nuestra Señora del Castillo de Chiva, escrito en 1850, por el Dr. Antonio Cervera, capellán, entonces, de la ermita del Castillo, ya se menciona (con motivo de su participación en la procesión de la celebración del día de la “Morenica”, el 8 de septiembre), la existencia de una Corporación Lírica local; también de una banda militar que, como insinuamos, bien podría ser la correspondiente a la de la Comandancia Militar de Chiva.
La existencia de esta agrupación castrense no es extraña, dado que ese periodo tras el final de la Primera guerra Carlista, Isabel II acomete reformas en el ejército y dota a cada regimiento de su propia unidad; de hecho, esta época se le ha denominado como la edad de oro de las bandas militares -1840-1860-. Incluso insinuábamos como, quizá, la presencia de ésta, podría ser el germen de la banda local; y de ahí que sea, documentalmente, la primera en fundarse en nuestra comarca.
Sin embargo, esta precocidad también podría deberse a la presencia del gran Convento franciscano de San Luis Obispo en nuestra población, desde principios del siglo XVII (1612) y la gran labor social y cultural que éstos desarrollaron en ella. Así, es conocida la estrecha relación de estar orden religiosa con el desarrollo y la difusión de la música que jugó un papel determinante en el ejercicio cotidiano de su labor doctrinal. Ésta tendrá gran relevancia en sus liturgias de oficio divino, con misas de vísperas y maitines, en las que interviene el coro; o en las ceremonias de difuntos, con misa de réquiem, salmos penitenciales y letanías cantadas, por ejemplo. Pero, también, en “las fiestas y comedias” evangelizadoras, como la del Corpus, entre otras.
En este sentido, no es extraño, que la banda primitiva de Liria, la agrupación musical civil más antigua del estado fuera fundada, en 1819, por el padre franciscano Fray Antoni Albarracín Enguídanos.
Sabemos que en el convento chivano de San Luis de Tolosa, como en los de las poblaciones más notables, hubo, desde muy temprano, escuela pública de Gramática y de Artes, más tarde Colegio de Humanidades, impartiendo enseñanza ilustres franciscanos como el P. Antonio Espasa, relevante filósofo, a mediados del siglo XVIII. También que, además del culto que tenían en su propio templo, estos frailes eran llamados y encargados de predicar la cuaresma y fiestas determinadas, no sólo en la parroquia, sino también en la de otros pueblos del Arciprestazgo. Esta residencia fue cerrada a comienzos de 1936, debido a la nefasta ley desamortización de Mendizábal, pero, algunos de los padres exclaustrados, quedaron prestando servicio en la Parroquia.
Sirva este artículo, pues, para rendir un sencillo pero sentido tributo a nuestra banda sinfónica, que en alguna época tuvo otro nombre o se dividió en dos (principios del siglo XX), y a sus músicos, que, sin lugar a duda, han pasado a formar parte fundamental de la historia de nuestro pueblo. Resuenan en nuestras calles apellidos como Mateu, Martínez, Silvestre, Carrión, Zahonero, Cervera, Latorre, Vela, Rosell, Saus, García, Navarro, Barrera, Tarín, Agramunt, Alcarria, Guzmán, Banacloig, Zanón, Serrano, Alarcón, Burriel, Morales, … y tantos otros que componen un pentagrama emocional ilustre e imperecedero, como el arte al que dedicaron, con pasión, su vida.
Felicidades, pues, a todos los músicos, desde el Centro de Interpretación del Torico (CIT), el espacio creado para recoger nuestra memoria, nuestros ritos, nuestra esencia más entrañable. Felicidades el día de su patrona, en su día más simbólico y señalado. También a todos los amantes de este arte vibrante capaz de crear entusiasmo y armonía, en estos tiempos desconcertantes, tan crispados y hostiles.
JCM
Centro de Interpretación del Torico (CIT)
