Del 4 de febrero al 14 de marzo, podemos admirar en la sala de exposiciones temporales “Toriles”, del Centro de Interpretación del Torico (CIT), la muestra “Animaliart. La mirada etnológica en los dibujos de Giner”.
Una exposición única en la que podremos ver algunos ejemplos de la temática más desconocida de la obra gráfica de este afamado escultor valenciano: la animalística. Hay que reseñar que Enrique Giner Canet (Nules, 1899 – Valencia, 1990) es uno de los escultores valencianos que propiciaron la ruptura con la estética decimonónica y la renovación post Benllirure, en el primer tercio del siglo XX. Creadores que, aunque se mantuvieron al margen de la vanguardia europea, sí introdujeron diferentes novedades plásticas y propusieron un arte vital, sensual, que reivindicó los principales valores de la escultura: la síntesis, la fuerza expresiva, los planos vigorosos,…
En concreto, este creador destacó en el exigente campo de la escultura medallística, siendo considerado por los especialistas, uno de los principales artistas de todos los tiempos. Así, en el museo que le dedicó su villa natal, Nules, podemos ver una muestra imprescindible de su quehacer; también de otros autores de todo el mundo, desde el siglo XV hasta la actualidad. De esta forma se convierte en un centro único en su género, y visita obligada para los que quieran estudiar esta especialidad.
Así mismo, en este espacio expositivo, también podemos ver sus esculturas, junto a la de otros afamados artistas vinculados tanto a nivel profesional como afectivo con nuestro artista. Muchas de ellas de alumnos suyos como nuestro “paisano” Vicente Perelló La Cruz, ya que Giner dedicó parte de su vida a la docencia, siendo catedrático de la Escuela de B.B. A.A. de Valencia y Académico de Real Academia de B.B.A.A de S. Carlos. También fue profesor de Manuel Mora Yuste, entre otros.
Pero, además, el museo contiene algunos de sus dibujos, ya que, como buen escultor, Giner fue un excelente dibujante. Su obra gráfica nos mostrará su peculiar manera de ver y sentir la realidad; es una aportación clave para comprender su escultura. Esa es, precisamente, la faceta que hemos querido destacar en esta exposición del CIT.
En esta muestra, que posteriormente viajará a la ciudad de Nules, queremos adentrarnos en la que quizá sea la perspectiva más desconocida de su trabajo. Se ha seleccionado una treintena de dibujos de animales que van desde 1918 a los años sesenta. Unos estudios que convierten sus blocs en una especie de cuadernos de campo, con exóticos esbozos de animales domésticos o salvajes.
En realidad, la realización de esquemas de campo y la toma de apuntes del natural son algunas de las principales herramientas para fijar las observaciones realizadas en los viajes científicos y pueden aportar beneficios en diversos ámbitos más allá del investigador o científico, como lo son el artístico o educativo. También para Giner, estos ejercicios supondrán una herramienta de investigación anatómica y metodológica en el campo artístico; toda una experiencia vivencial como la del artista naturalista. El dibujo será fuente de conocimiento y el diario más íntimo donde plasmar con libertad, con su gesto esquemático y rápido, la huella de su emoción. Porque dibujar es pensar, creer, amar…
En sus apuntes, auténtico barómetro de sus sentimientos, también mostrará su capacidad de observación, su preocupación por el volumen, por el encaje, por el trazado, por la composición… Y, sobre todo, evidenciarán el gran amor de este gran humanista por la naturaleza, como vemos también en sus bocetos de diferentes plantas.
Esta muestra, en el espacio del “Torico”, acoge ahora a otros animales simbólicos, gracias al gesto audaz del lápiz de Giner dotado de eternidad, como las astas del tótem o como el bastón de San Roque. Porque el rollo del santo protector de personas y animales (a quién se dedican nuestros festejos) tiene la forma de la medalla de Giner, el mágico perfil de la inmortalidad.
JCM.
Centro de Interpretación del Torico de la cuerda.
