En un artículo publicado hace meses, hablábamos de la evolución del abanico en los festejos del Torico, teniendo como objeto de estudio los que conserva nuestro centro de Interpretación (CIT).
Comentábamos que la pieza más antigua que se exhibe, es de mediados del siglo XIX y perteneció a Emilia Vidal Ortiz. En el anverso de este elegante instrumento artesanal, se aprecia una escena costumbrista e idílica, en la que se representan unos niños jugando con su madre, que nos recuerda a los abanicos europeos, con motivos galantes, del XVIII (edad de oro de éstos). Seguíamos informando que, en otro, de comienzos de los cincuenta, menos refinado, en el que se aprecia un interés por relacionar la temática de la pintura con nuestros festejos. Nos referíamos al aventador de María Tarín Fenech, en el que a una escena folclórica y tópica de un torero y una “Manola”, se añade el lema de: “Recuerdo de los Clavarios de San Roque, 1951”.
A partir de ahí, hacíamos referencia al de Ana Latorre, ya de 1960, pintado a mano por Manuel Mora Yuste (Chiva, 1932-1997), y en el que aparecían materializados esos elementos que aluden directamente a nuestro pueblo y a nuestro festejo (fuente, badana, cuerda, etc.); además están inscritas las iniciales de la clavaria. El mismo artista es al autor de otro abanico con motivos similares, que también se exhibe en el CIT: el de Teresa Delgado (1964).
De ahí que dedujéramos, en ese momento, que podría ser en esta época, cuando aparecieron los primeros abanicos personalizados y decorados exprofeso para El Torico, en una línea estética que se seguiría hasta la actualidad por éste y otros pintores locales, como Juan Bernardo Morales, Sera Miró, Manolo Casinos, Rafa Lanza o Fernando Casanova.
Sin embargo, descubrimos no hace mucho una fotografía de las “grupas” de 1948 que anula esa posible hipótesis. En ella aparecen las ocho clavarias de ese año (Concha Carrión, Carmen Cambra, Teresa Higón, Josefina Máñez, Obdulia Mateu, María Ferrer, Remedios Higón y María Bernad) y, también, otra festera del año anterior (cuyo nombre invitamos a nuestros lectores a que lo averigüen y nos lo haga llegar a través de Facebook; también el por qué posa junto a las del año posterior).
Ésta, precisamente, junto con el característico mantón de Manila, luce un abanico donde ya aparece rotulada en la tela o paisaje: “Fiestas de 1947”, y un toro con cuerda dibujado, curiosamente, en las varillas. No sabemos el autor de este ornato, pero sí el de otro de los aventadores que aparece en la foto y que lleva las festeras del cuarenta y ocho. En éste aparece una escena central en la que vemos cuatro corredores y el torico con una vistosa badana. El primero de los mozos está entrando con la cuerda a la casa y los otros corren junto al astado. A ambos lados de esta estampa está pintada la bandera nacional y en su interior aparece escrito, en uno de los lados, el lema: “Chiva. Fiesta de San Roque 1948”; en el otro las iniciales de cada clavaria. Además, la pintura aparece firmada por Francisco Vidal.
Además, por otra parte, preguntando a un nieto de Pilar Herráez, Javier Tarín, nos confirma que en la clavaría de su abuela, la primera tras la guerra civil, en 1943, las jóvenes también llevaron, junto al abanico de lujo tradicional, otro pintado para los actos menos solemnes (lo mismo ocurría, tradicionalmente, con los garrotes de los clavarios), como las anteriormente citadas. Sin embargo, nos aclara que no todas las festeras llevaban el mismo motivo en su abanico, sino que, cada una, exhibía una pieza diferente con escenas taurinas, pero no alusivos a nuestro festejo (similar, al que habíamos visto, anteriormente, de María Tarín).
Habrá, pues, que seguir investigando sobre la evolución de uno de los elementos más atractivos y útiles de la indumentaria de las clavarias de la Virgen de la Asunción; también uno de los más simbólicos, en esa fiesta de festeo, que fue, durante siglos, nuestro Torico. La colaboración, en este sentido, de nuestros vecinos es fundamental; así, en este caso, agradecemos la de Carmen Alcañiz, Pilar Martínez, Teresa Morales y Nieves Miró.
JCM
Centro de Interpretación del Torico (CIT)