A partir de ahora, aquel que visite nuestro Centro de Interpretación del Torico (CIT), va a encontrar nuevas piezas que acentúan, aún más, el interés de este fascinante espacio etnológico. De entre ellas, podemos destacar una imagen de la Asunción, uno de los personajes sagrados a los que se dedican nuestros festejos del Torico, junto con San Roque, por supuesto.
Esta bella escultura, 50 x 15 centímetros y modelada en escayola ha sido cedida recientemente por Carlos García Higón. Así mismo, parece estar datada a finales del siglo XIX y perteneció a Vicente Tarín Herráez y María Cervera Cerda, bisabuelos del cesionario. Por otra parte, hay que reseñar que esta imagen fue bendecida, en los años sesenta del pasado siglo, por Juan XXIII (Angelo Roncalli), conocido por el cariñoso apelativo de Il Papa Buono (“el papa bueno”); uno de los pontífices más recientes en ser venerado como santo.
A diferencia de la Virgen de agosto “durmiente” que se aloja en la iglesia parroquial de San Juan Bautista y que se procesiona el día 15 (dedicado en su honor y cuando arrancan las fiestas); esta imagen representa la ascensión de María a los cielos tras su “muerte”. De ahí que en lugar de acostada, aparezca impulsada hacia lo alto por los ángeles que, en esta ocasión, no portan ningún atributo mariano. La estilización de la figura es tremenda y el movimiento ondulado de sus ropajes, de su cabello así como la convulsión de los cuerpos de los querubines, acentúan esa sensación de agitación, de elevación, de ingravidez. Unas características que dotan de mayor esplendor y grandeza a esta digna exaltación, pese a su pequeño tamaño, su delgadez y la delicadeza y contención de su expresión.
Hay que recordar que fue en el siglo VII cuando el nombre de la fiesta que celebraba el fin de la vida terrena de la Virgen y su ascensión al cielo, pasó de “Dormición” a “Asunción”, y que la doctrina de la Asunción corporal de María no fue desarrollada hasta el siglo XII (tratado Ad Interrogata, atribuido a san Agustín); también que hasta 1950, durante el controvertido pontificado de Pío XII, no fue declarada como dogma o doctrina de fe.
Además, también queremos destacar que la vitrina en la que va a estar expuesta esta imagen está cedida por la iglesia parroquial, al igual que la peana gemela que sostiene la figura de San Roque, recientemente restaurada, como veremos en el artículo de la semana que viene.
Aprovechamos para recordar que las visitas al CIT son concertadas y de hasta diez personas, debido a la actual crisis sanitaria. Además se deben de seguir las medidas de prevención y seguridad para los museos, colecciones museográficas y asimilables que marca la actual normativa contra el coronavirus.
Por otra parte, estad atentos, porque en breve, queremos haceros llegar desde el CIT, una atractiva propuesta virtual. Muy en breve…
JCM
Centro de Interpretación del Torico