En la serie de artículos que estamos dedicando a la música tradicional en nuestro torico, cerrábamos el texto anterior con la llegada a la plaza del pasacalle tras la carrera. Entonces aludíamos y aludiendo a dos elementos festivos esenciales que, avalan la antigüedad de nuestros festejos: Las Torrás y las Torres.
En esta ocasión nos vamos a centrar en el primero de ellos, la danza de Las torrás que, según comentan los especialistas Fermín Pardo y J.A. Jesús-María en el libro El Toro de la Cuerda en España (Chiva, 2002), es una variante musical de seguidillas; un baile de moda en los siglos XVI y XVII y que tuvo su época de esplendor en el XVIII y principios del XIX, periodo en que ya van siendo arrinconadas por el empuje de la jota o conviven con ella según zonas. Según estos investigadores el de Chiva es el único ejemplo vivo que se conserva en nuestras comarcas, aunque ya desvirtuado.
La graciosa melodía abolerada sale de la dulzaina para que los corredores formen un círculo, y agarrados se muevan con movimientos enérgicos, sencillos y reiterativos. Tanto es así, que se cuenta que el Rafael García “el Colandero”, buen bailador de torrás, rompía los huesos de la olivas con los talones, ejecutando este antiguo baile reservado, desde que hay memoria, a grupos de hombres. A esos grupos de jóvenes que, tras el subidón de adrenalina de la carrera, se lanzan al desenfreno.
Se dice que la melodía y detalles de este baile fueron transmitidos tras la guerra civil (cuando hubo un parón en los festejos), por la tía “Perica Tonta”. Así que aprovechamos para ver si alguno de los lectores nos podéis dar alguna pista sobre esta ilustre persona. Gracias a nuestros mayores todavía perviven rituales como esta entrañable danza circular donde los brazos se enlazan y que, como todo en nuestra fiesta, sirve para hermanar; para que fluya la armonía y la alegría.
Por último señalar que podemos ver algunas estampas de los jóvenes bailando las torrás, a principios del pasado siglo, en un precioso audiovisual que ameniza la visita al Centro de Interpretación del Torico. Se trata de una selección de las imágenes que encargó la asociación La Fanfarria, en los años veinte, y que editó, ya en los años ochenta, el diario Las Provincias, con el título: “Chiva, imágenes para el recuerdo”. Dos de ellas (capturadas del film por Mora Yuste), además, sirven para ilustrar dos de los paneles del CIT, con lo que queremos destacar esta singularísima película como pieza del mes de este espacio etnológico.
JCM
Centro de Interpretación del Torico (CIT)
Foto Archivo Mora Yuste (1958)
Foto Nacho Baudes
Archivos-cine de La Fanfarria
CIT