Cómo surge la idea de solicitar la declaración de fiesta de interés turístico del Torico de Chiva
Al calor del trabajo continuo de la “Asociación Peña Taurina El Torico”, que desde su fundación en 1965 y gracias al esfuerzo de sus 3.000 socios ha conseguido conservar y potenciar el rito de ensogar toros bravos en Chiva, con todo lo que ello supone, surge la idea de solicitar la declaración de esta fiesta como de interés turístico de la Comunidad Valenciana.
Este reconocimiento público por parte de la Generalitat Valenciana es la culminación perfecta a ese trabajo que nos ha llevado, entre otras muchas cosas, a crear un producto turístico global de nuestra villa alrededor de la seña de identidad más importante y conocida de Chiva, la fiesta del Torico de la Cuerda, que es sin lugar a dudas un referente turístico cultural de primer orden a tanto a nivel de nuestra comunidad como a nivel nacional y, desde hace un tiempo, internacional.
Con siglos de tradición continua es una fiesta de vida, algo que forma parte de la historia de nuestra gente y que sin lugar a dudas ha conformado nuestro carácter como pueblo.
El Torico
El “torico” es como una obra de teatro, en la que todos los actores conocen su papel a la perfección. La música, la gastronomía, el folclore, las artes y sobre todo, la vertebración social que supone, se dan cita cada año a mediados de agosto desde tiempo inmemorial. Los que se fueron vuelven, al menos, durante estas fechas en las que el pueblo huele a toro, huele a Chiva. Y no solo vivimos nosotros esta tradición. Amigos llegados de todos los puntos de la comunidad y del resto del país, incluso aficionados de otros países, nos visitan año tras año para disfrutar de una fiesta diferente.
En el “torico” concurren aspectos como las singularidades que la unen con ritos atávicos de cosecha de origen ibero, de gran valor etnológico y antropológico, que tienen al toro como tótem admirado, y sobre el que giran numerosas manifestaciones de la cultura popular, que se han conservado y enriquecido durante siglos en su seno.
Las albaes, las torrás de Chiva, baile que se ha conservado desde el siglo XVI gracias al toro de cuerda, las rondas, las grupas o las mojigangas, entre otras. También la gastronomía singular de estos días, su relación con la arquitectura, las artes, el entorno urbano y natural, así como toda la actividad social que se desarrolla alrededor del “torico”.
Es una fiesta que ha triunfado, pues se ha extendido en aproximadamente quince poblaciones de nuestra comarca y comarcas vecinas, al igual que en su día sucedió con las fallas de Valencia.
Carácter vertebrador de el Torico
Y esto ha sucedido por su extraordinario carácter vertebrador. Toda la sociedad local se une de igual a igual, incluyendo a los visitantes, que imitan nuestra forma de vivir el “torico” en la calle, con las casas abiertas para vecinos y visitantes, en las que se podrá comer y beber, conversar y reencontrarse.
Y es que el toro de cuerda es, en esencia, hermandad. No puedo obviar llegado este punto la unión formada con otras poblaciones que disfrutan como nosotros de esta costumbre, muchas de ellas declaradas de interés turístico es sus respectivas autonomías. La Federación Española de Toro con Cuerda, con la Ruta Turístico Cultural del Toro de Cuerda, en la que se destacan todos los activos de nuestras localidades, y el Congreso Nacional de Toro de Cuerda, que este año celebra su decimoséptima edición en Teruel, y que ha recorrido toda la geografía nacional desde 2002, año de su nacimiento en Chiva, y que reúne a decenas de miles de personas que se acercan a conocer todos esos activos, que en el caso de Chiva ya he mencionado.
Texto: Javier Tarín